cuadro

Ahí, en el borde de la esperanza,
una mujer que olvidó su feminidad en los armarios de la noche pasada,
un hombre, se despertó de su hombría de golpe
y una cuidad que sigue desnudándose de su castidad ante cada oscuridad
Ahí , estuve Yo, una bandera fiel a sus colores,
un testigo que intenta vivir en los espacios extendidos entre el silencio y la palabra

Comentarios

waw... que maravilloso texto... Realmente muy bueno
·M· dijo…
Vivir entre las elongaciones caprichosas de parte y parte.

Hermoso!
Anónimo dijo…
que interesante este microcuento, Excelente como escribís.

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