EL COMPROMISO DE PALABRA
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El profesor, estaba dando una lección de cómo entender la poesía según la introducción de un libro que estudiaban, escrito por uno de los grandes referentes y especialistas en la critica literaria, que explicaba como medir una poesía y compararla con otra, contando con dos líneas una vertical con la cual se mide el significado de la poesía y otra horizontal con la cual se mide la estructura. Así se puede descubrir la debilidad del poeta o su fortaleza y comparar su poesía con otra, según medida matemáticas exactas. Mientras los alumnos ansiosamente copiaban lo que escribía el profesor en la pizarra, el profesor de pronto se detiene, borra todo, se da vuelta y les dice a los chicos: por supuesto esto no es cierto, no podemos medir la poesía en lo ancho y en lo alto como si fuera un tubo metálico o una pared. Nuestro asombro, nuestras emociones, son los medidores. Ante una poesía se desmayan mujeres, nacen dioses, lloran los poetas como niños. Quien mide nuestras lagrimas,...