Cayó el imperio de mi fracaso

Cuánta fe necesito para resistir el poder de tus ojos
cuando firman mi cuerpo con una mirada
que me hace caer, caer
cuantos silencios me faltan para combatir tus palabras
que me sellan mujer, mujer
me cruzas con una lentitud intencional
de una distancia estudiada para instigar
¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer?

¿Te seduce mi blanca bandera
hombre al que le gusta conquistar
y no le bastan las victorias?
¿que debes querer, querer?
¿Conspiró mi cuerpo con tus palabras?
O ¿me engañó la oscuridad y este lugar ambiguo
entre la ilusión y la verdad, entre el sueño y la realidad
entre el deseo y el placer?
Y ¿cómo salvo mi cuerpo ahora?
Despierto, y despierta conmigo un deseo interior
que me secuestra hacia un norte tramposo
no se dirige a él ningún río
ningún amanecer
cayó el imperio de mi fracaso
cayó mi papel
y la prudencia que necesitaba para enfrentarte
cayó mí hoy, mi mañana, mi ayer.

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